El juzgado de Primera Instancia 15 se estrenó ayer como tercero de Familia en Vigo en las nuevas instalaciones de La Gota de Leche. Sus nueve funcionarios, el juez titular y la Letrada de la Administración de Justicia (de forma eventual compartida con otro juzgado) tuvieron una primera toma de contacto con el que será a partir de ahora su lugar de trabajo y en el que todavía quedan algunos pequeños flecos pendientes. Entre ellos, según explicó el juez titular, Daniel Tomás López, la adaptación en su despacho de una pequeña sala para la exploración de los menores. “Son pequeños detalles¨, aseguró.
Procedente de Instancia 12 de Vigo (también de Familia), el juez cesó ayer mismo de dicho juzgado para trasladarse al recién inaugurado y calculó en una decena las primeras demandas a las que harán frente a partir de hoy. Consideró que la puesta en marcha del tercer órgano de Familia para la ciudad era “imprescindible” y añadió que “sin él y sin el refuerzo, acabaríamos en una situación de colapso absoluto¨. Los más de 3.300 asuntos anuales en este jurisdicción suponen una elevada carga de trabajo para dos únicos juzgados, lo que obligó a aprobar un refuerzo en el último año.
La primera medida a adoptar para el funcionamiento de Instancia 15 será la exclusividad, durante los tres primeros meses, en internamientos tanto hospitalarios como en geriátricos, “este tipo de procesos obliga al juez y al letrado de la Administración de Justicia a ausentarse dos o tres veces por semana para realizar las valoraciones lo que impide celebrar vistas y dictar sentencias. De esta forma, y tras una junta sectorial, se decidió trasladar esa función al nuevo órgano para liberar los asuntos pendientes en el resto de juzgados¨. Una vez hayan transcurrido esos tres meses, el nuevo órgano asumirá el reparto exclusivo de Familia, de manera que los otros dos y el refuerzo puedan dedicarse a los asuntos en trámite.
Tomás López calificó de “extraordinarias” las nuevas instalaciones del juzgado si bien consideró de “gravísimo problema” el hecho de que se encuentren separadas de la calle Lalín. “Los juzgados de Familia, el equipo psicosocial, forenses y Fiscalía deben estar juntos¨, afirmó si bien señaló que “en este caso no hay más remedio por falta de espacio en los actuales edificios y además se trata de un medida provisional hasta que se ponga en marcha la Ciudad de la Justicia”.
Sobre la evolución de los asuntos que aborda su jurisdicción, aseguró que si bien en los años de crisis se notó un descenso de divorcios, la situación se ha estabilizado. Habló además de los nuevos casos que los juzgados de Vigo abordan y que antes se dirimían en Pontevedra como adopciones y desamparo de menores, que suponen una media de doce al año. También, destacó que se están recibiendo algunas demandas de abuelos para pedir las visitas a sus nietos, si bien no son muy elevadas. Curiosamente, el nuevo juzgado se sitúa en el mismo edificio que el servicio de mediación de Familia. Éste último es una herramienta que se puso en marcha para intentar solucionar conflictos sin tener que llegar a la vía judicial. “Por desgracia son muy pocos aún los casos que acuden a la mediación, la mayoría rechaza este servicio pese a derivarlos desde el juzgado”, afirmó.