El 7 de junio se celebró la cena anual del Colexio de Procuradoras, una fiesta a la que suelo acudir porque es un encuentro distendido con mis compañeras de profesión en un ambiente festivo en el que charlamos, comemos, bebemos, bailamos y disfrutamos de estar juntas.
Este año ha sido muy emocionante para mi y para todas las compañeras que celebramos los 25 y 40 años de profesión.
El Consejo General de los Colegios de procuradoras de España nos ha dado un diploma y una medalla al Mérito Profesional, por haber cumplido el 25 aniversario en el ejercicio de la profesión y sin nota desfavorable alguna.
Ya lejos aquellos tiempos en que con Mónica, Sole, María, otras compañeras y Pedro, empezábamos muy ilusionadas a ejercer de procuradoras, esta profesión que tantas satisfacciones me ha dado.
Tuve ocasión de tomar el micro y decir unas palabras en las que manifesté lo feliz que me ha hecho ejercer de procuradora, profesión en la que espero seguir mientras pueda. Sole también dijo unas palabras que comparto por ser muy ciertas: “Gracias por haber estado conmigo en los buenos momentos y sobre todo, en los malos”.